jueves, 1 de enero de 2009

La Astrología Como La Sagrada Escritura Simbólica Universal:

Por siglos, se ha debatido la veracidad de la astrología. ¿Es ciencia o pseudo-ciencia? ¿Son charlatanes los astrólogos? ¿Realmente podemos predecir el destino de una persona? Esto sin mencionar las contrariedades que se presentan, como los signos zodiacales varían de tamaño, no todos tienen 30 grados, o si usamos la sideral o tropical, y el hecho que los astrólogos usemos el método geocéntrico y no heliocéntrico. Son solo algunas de las interrogantes que existen sobre las contradicciones que muchos astrólogos no sabrían contestar. Esto sin mencionar que los propios astrólogos no pueden llegar a ciertos acuerdos entre ellos mismos.

Lamentablemente, la astrología no puede demostrar su veracidad de forma científica, por lo menos por ahora, y así quedo expresado por los astrónomos Roger Cullver y Phillip Ianna. Pero de acuerdo a las teorías de Percy Seymour, miembro de la Real Sociedad Astronómica- plantea en el libro, “La prueba científica de la astrología”, que el desarrollo del cerebro humano puede ser afectado por el campo magnético de la Tierra, especialmente durante el crecimiento del feto en la matriz. Seymour sugiere que la magnetósfera terrestre es afectada por los campos del Sol y la Luna. Otros planetas como Júpiter, Marte y Venus, en su opinión, también toman parte influyendo en los relojes internos de los seres vivos.

¿Debo insistir en probar su veracidad casualista?

Cualquier intento de probar la misma es inútil, ya que desde el punto de vista científico-materialista, en estos momentos no existen las herramientas adecuadas para probar la misma. En donde si podemos ser exitosos en demostrar su veracidad de cómo el cosmos afecta el tiempo atmosférico de forma empírica, es a través de la astro-meteorología, pero aún así sigue siendo insuficiente para dar cuenta la enorme complejidad que tiene la Astrología.

La Astrología como tal, habría que verlo como un holograma, con su peculiar energía, que proyecta una imagen en tres dimensiones, que irrelevantemente como dividas esas imágenes, continúa conteniendo la información original completa, sin que necesariamente pierda lo esencial del todo.

Cuando nacemos se establece un holograma en nuestra alma, queda impreso todas las energías electromagnéticas que emite el Universo, unos con más o menor frecuencia, delineando así una información que es recogida por nuestro celebro. Ese cerebro, que denominaremos como Consciencia, recibe una luz propia a través de su existencia, esa luz la definía Al-Kindi, que proviene de los movimientos planetarios, que de acuerdo en que parte del holograma ha quedado la impresión de los planetas y en que “templos”, se determina, que es predeterminado o es de libre albedrio para el nativo.

Una visión limitada:

No sólo tenemos una visión limitada del Universo, pero la tenemos con nosotros mismos. Nuestras limitaciones físicas no nos permiten ver más allá de lo que la sociedad nos ha permitido ver, y medida que la ciencia materialista y el desenfreno propagandista existan, nuestra visión continuara nublada, desafortunadamente.

Un mítico guerrero samurai del siglo XV llamado Miyamoto Musashi en su libro, “El libro de los Cinco Anillos”, distinguía entre dos tipos de empleo de los ojos: el ken o visión superficial de la apariencia, y el kan o acceso a la esencia de las cosas. La mirada debe ser profunda y amplia. Esta es la doble mirada “vista y percepción”. La percepción es fuerte, y la simple vista es débil.
En la antigüedad se contaba más con la percepción que la vista, el cambio newtoniano altero todo eso, y a medida que ha continuado avanzando la ciencia, hemos continuado limitando la percepción, y nuestra vista también ha ido disminuyendo, dependiendo más en lo que los grandes intereses nos presentan, limitando nuestra capacidad de pensar. Viviendo así en una total apariencia presentada, limitando nuestro “libre albedrio”. [Tema de discusión para otra ocasión].

Hay que reconocer, que el estudio de los asuntos del alma ha sido reducido a la nada por la ciencia actual, limitándonos a ver lo que hace una rata en el laboratorio. Esta reducción ha limitado nuestra visión de la profundidad espiritual que existe, llevándonos a la monotonía existencial con una visión uni-dimensional del hombre. Negamos lo que esta por encima de nosotros, e ignoramos lo que se encuentra por debajo, y nos piden que nos mantengamos en el medio, paralizados e influenciados por un entorno controlado por otros.

El desconocimiento conocido:

Desde la época de Babilonia, donde se cree nace la astrología, se tenía conocimiento de la existencia de otros planetas, pero solo usaron hasta Saturno. En Grecia, ya se sabía que el mundo giraba alrededor del Sol, pero continuaban usando el método geocéntrico. La pregunta que uno se tiene que hacer entonces es; ¿Cómo llegaron a la conclusión de que era hasta Saturno las aplicaciones astrológicas? ¿Por qué mirar los aspectos astrales desde el punto de vista geocéntrico? Lamentablemente, no sé. Es probable que si se hayan escrito tales explicaciones, dando extensas explicaciones de cómo llegaron a esas conclusiones, pero tal vez aun no se han traducido, y es probable que miles de libros hayan sido destruidos durante las conquistas, y la inquisición, privando a la humanidad de unos conocimientos profundos que podrían dar pie a otro modo de ver el mundo y a Dios.

Es a partir de la mecánica newtoniana que comienza a cambiar el pensamiento científico del hombre, alejándose de las afinidades espirituales y correspondencias holísticas, y adentrándose al concepto científico matemático en donde todo se puede cuantificar con precisión y relacionar matemáticamente con cambios de movimientos. Hay que recordar que para los Medievo, el Universo era un organismo vivo que guardaba una correspondencia con el Todo.

Sólo aquel que estudia la astrología puede comprender la misma, pero seguramente no la podría explicar, y es que estamos en los comienzos de lo que en un periodo fue, una gran ciencia. Recién hemos comenzado a traducir libros de la antigüedad que nos arroja luz de ciertas técnicas para llegar a unas conclusiones. Traductores como Robert Zoller, Robert Schmidt y el Dr. Benjamin Dykes, se han dado a la tarea de poner nuevamente en nuestras manos el conocimiento de la antigüedad. Pero no basta con estudiar la misma. Me di cuenta que para comprender la astrología, tenemos que pensar como ellos, remontarnos a la época helenística, y ver esto no como la ciencia material a la que estamos acostumbrados, pero como un ciencia espiritual, que nos ofrece un escrito universal para comprender el sino de cada uno de nosotros.

Una Lenguaje Sagrado Universal:

La astrología es como el Mandarín, una palabra puede significar varias cosas, pero la entonación que uno le da, que son cuatro, es lo que le dará el significado. La astrología es mucho más compleja, que el sumar 1 más 1 es igual a 2. En ocasiones, tenemos que recurrir a las fracciones, y cabria preguntarse; ¿Cuánto de ustedes pueden sumar varias fracciones y llegar a 2?
El contexto total de una carta encierra tantas vertientes, que un astrólogo estudioso, podría descubrir las cosas más intimas del ser humano, comprender su personalidad compleja, anticipar sus dolencias y enfermedades, y pronosticar su futuro. Pero no basta con saber que el Sol se encuentra en la Casa tal para decir tal o cual cosa. Mucho menos, que los del signo de Libra se encuentra bien aspectado; - hoy les veo llegar dinero.

Aún cuando han intentado cuantificar a través de estadísticas la astrología, como Gaugalin y el brasileño Alexey Dodsworth y Karl Roberts, los resultados han arrojado contrariedades. Esto sólo nos demuestra que cada individuo es distinto, y como mencione anteriormente, la suma para llegar un mismo resultado puede variar en la cantidad de “fracciones” que se nos presente en la ecuación.

La astrología es un lenguaje sagrado universal con complejas entonaciones, que requieren de estudios continuos, meditación, y balance personal para poder interpretar y explicar de forma adecuada, lo que le depara el futuro a una persona. Hay que ver el contexto de la carta en su totalidad, para entender ese porvenir.

No es un lenguaje lineal, es mandálica, que nos permite acceder a un conocimiento que delinea de forma poética la vida de una persona. Al ser mandálica, nos permite ver la vida como un holograma, que no importa como la dividamos, la esencia del Todo, y sus Causas, están manifestadas y es posible su interpretación.

Nos permite ponernos en contacto con unas realidades superiores a través de su simbolismo, que nos permite ver distintos niveles de información, como la parte espiritual, física y emocional de la persona.

Pero esa realidad no puede ser vista con el ojo común. Según Ken Wilder en su libro, “Eye to Eye”, el ser humano dispone de tres ojos; el ojo de la carne, el ojo de la razón y el ojo del espíritu o de la contemplación. Cada uno de los cuales nos da acceso a unas áreas diferentes;

• El Ojo de la Carne nos permite ver las cosas naturales.
• El Ojo de la Razón nos permite ver los asuntos de psicológicos, las humanidades y ciencias sociales.
• El Ojo del Espiritu nos permite estar en la contemplación, la meditación, etc..

Por ende, los asuntos espirituales no pueden ser entendidos por el ojo de la carne o la razón, sólo el ojo espiritual puede trascender el intelecto. Se convierte en un lenguaje sagrado que es accesible con estudios profundos, que también requiere de la contemplación, y que es puesto dentro un marco que puede ser transmitido a nivel físico para aquellos que deseen conocer su destino.

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