Su administración se encuentra a sólo pasos de escribir uno de los sucesos más lamentables que habrá de vivir Puerto Rico en los próximos años. El continuar guardando silencio y no atreverse a tomar decisiones o postura, no lo liberan de la responsabilidad, lo hace más responsable. Si existe un momento en que debe mostrar carácter, ese momento es ahora.
Los sucesos que se dieron en el Capitolio, “la Casa de las Leyes” es sólo un pequeño ejemplo de la sensibilidad que existe en el ambiente. Todos los involucrados, (policías, jóvenes, y ciudadanos), viven momentos de tensión, por las dificultades económicas, la falta de calidad de vida, la constante incertidumbre que vive un pueblo, que no sabe el rumbo a tomar. Cuando eso ocurre, perdemos el poder de discernimiento, no sabemos evaluar por el temor que nos arropa, y hace qye nuestro comportamiento sea de forma irracional en situaciones irracionales.
Tomemos las expresiones del Superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha en el día de ayer, 30 de junio. Recurre a la mentira, el engaño y en defensa a la violencia para justificar los actos allí perpetuados. Desde lejos, observa y avala el comportamiento de la fuerza de choque, escondiendose y permitiendo el uso excesivo de la policia. Eso me lleva a recordar las palabras de Mahatma Gandhi;
“Si uno es capaz de emplear la violencia para alcanzar sus fines, ¿por qué va a dudar en recurrir también a la mentira, de palabra o de obra?
La posición de un Superintendente, en situaciones como esta, es precisamente evadir a toda costa, el uso de la violencia, especialmente cuando se trata de su propio pueblo. Sus ademanes, el lenguaje que usa, y su arrogante posición en que asume la responsabilidad, hablan por sí sola. Invita y da permiso a la uniformada a recurrir al método que sea, para lograr sus objetivos. Pero más que nada, no deja de ser reflejo de sus acciones. Le recuerdo, el Primer Mandatario es usted, y usted es el último responsable de las imprudencias que cometa cualquiera de sus secretarios.
Me he expresado públicamente sobre la situación de la Universidad, y esto Sr. Gobernador, es una bomba de tiempo. Evitemos mayores desgracias, y aceptemos la responsabilidad de pasadas y esta administración, el mal manejo de fondos públicos, y no responsabilicemos a los estudiantes.
Mi petición, y el motivo de mi carta, es solicitarle que el uso de la violencia debe de evitarse a toda costa. Traer mayores tristezas y luto a un pueblo tendrá nefastas consecuencias. Donde quiera que miremos, vemos en nuestros líderes, en nuestras escuelas, y en nuestros hijos, el uso de la violencia. La violencia se ha convertido en algo común y aceptable. ¡ESO NO DEBE NI PUEDE SER TOLERADO!
Los hombres que hacen historia, son aquellos que precisamente marcan en la vida de un pueblo el ejemplo de vivir aquello que practicamos. Gandhi una vez dijo;
“La violencia es el alma del débil; la no violencia lo es del fuerte”
No se convierta en esclavo del silencio, exprese su preocupación, enfrentase a sus enemigos, y promueva la verdad y la paz en el pueblo. Demuestre su fortaleza promoviendo la paz y oponiéndose al uso de la violencia en todos los sentidos.
Promueva la palabra de Dios, déjese llevar por lo que su corazón dicta, y permita que reine la justicia social. Pero vuelva la cara al otro lado, y le pronostico, que vivirá temeroso y en el anonimato, toda su vida.
Que Dios y el Universo iluminen su camino, quedo,
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